- Si hace décadas los especialistas pensaban que esta importante articulación se desgastaba, sin más, ahora los expertos coinciden en que también hay inflamación. Aún más: hay quien asegura que es la inflamación la que da lugar al desgaste.
FACTORES QUE PUEDEN ACELERAR EL DESGASTE
Sea como sea, el resultado es que los tejidos pierden resistencia y elasticidad (no pueden retener el líquido que necesitan para nutrirse). Eso desgasta el cartílago, la almohadilla que recubre el borde de los huesos y que impide que estos rocen entre sí. y, al desgastarse, sí que hay fricción.
- Con sobrepeso, hay más riesgo. La carga que deben soportar las rodillas es mayor y, además, se sabe que el exceso de grasa produce sustancias proinflamatorias.
- Y también debido a lesiones previas. Quienes han sufrido algún daño en la rodilla (por ejemplo en el menisco o una rotura del ligamento cruzado anterior) tienen tres veces más probabilidades de desarrollar artrosis precoz.
Si últimamente notas que tus rodillas “se quejan”, no lo dejes pasar y consúltalo con tu médico. El dolor puede ser síntoma de varios trastornos articulares, desde una tendinitis a una artrosis. Los siguientes consejos también pueden ayudarte a aliviar las molestias.
Aplica frío o calor… según la notes
Ambos son convenientes, pero hay que elegir bien el momento idóneo.
- Coloca tu mano sobre la rodilla, ¿está caliente?, ¿la notas enrojecida? En ese caso, pon un poco de hielo envuelto en un paño para reducir la hinchazón interna.
- Por el contrario… ¿la notas rígida pero no está caliente? Aplica calor. Hazlo dos veces al día, pero no más de 20 minutos.
Brócoli y cebolla… ¡A diario!
Estos alimentos tan baratos y mediterráneos son prebióticos altos en fibra.
- Incluirlos en tu alimentación diaria (recuerda hacer el brócoli al vapor y solo durante 3-4 minutos para no destruir sus propiedades) ayuda a mejorar la microbiota intestinal. Como has visto, eso es fundamental para reducir la inflamación interna que también está afectando a esa articulación.