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APRENDE A HACER ESTE ACEITE DE ALOE VERA EN CASA

Con sus numerosos beneficios para la piel y el cabello, el aceite de aloe es perfecto para su uso en muchos cosméticos caseros. Aprende por qué, cómo elaborarlo y cómo utilizarlo.

¿Qué es el aceite de aloe?

Cuando lo vi por primera vez, me confundió el término “aceite de aloe” porque no sabía cómo se podía obtener el aceite de la planta de Aloe vera. No estaba segura de si había que prensar la planta, como se hace con el aceite de oliva, o si se destilaba, como los aceites esenciales.

Al final, ni una cosa ni la otra. El aceite de aloe se obtiene mediante un proceso de maceración introduciendo el aloe vera en un aceite portador, normalmente durante varias semanas.

El aceite de aloe tendrá propiedades diferentes a las del gel de aloe, ya que contendrá los componentes a base de aceite de la planta de aloe frente a los componentes a base de agua del gel.

Ingredientes

Como probablemente hayas adivinado, los dos ingredientes necesarios son las hojas de aloe vera y un aceite portador. De forma opcional, puedes añadir al aceite un poco de vitamina E, y un antioxidante, para prolongar aún más su vida útil.

¿Qué aceite portador elegir?

Dependiendo del uso que quieras darle a tu aceite de aloe, puedes utilizar diferentes aceites portadores. Yo suelo utilizar el aceite de coco porque es un aceite muy estable con una larga vida útil. También es muy versátil para elaborar una gran variedad de productos diferentes. Probablemente por eso, la mayoría de los aceites de aloe a la venta en los comercios utilizan el aceite de coco como aceite portador.

Sin embargo, si tu cuerpo no reacciona bien al aceite de coco, puedes utilizar otras opciones para tu aceite portador.

El aceite de coco tiende a ser bastante pesado para los productos faciales (y no es no comedogénico). Por lo tanto, puede ser una buena idea elegir un aceite diferente si vas a utilizarlo para el cuidado del rostro.

  • El aceite de jojoba es un aceite versátil que también tiene una larga vida útil (porque en realidad es una cera).
  • El aceite de girasol es un aceite no comedogénico y barato que también puedes utilizar en su lugar.
  • Propiedades de la planta de Aloe Vera

    El aloe vera es una planta muy terapéutica, por lo que resulta útil de muchas maneras. Al infusionar la planta de aloe vera en el aceite, ¡podemos aprovechar sus beneficios de una manera nueva!

    • Antiinflamatorio – El aloe puede ayudar a reducir la inflamación, que es la reacción del cuerpo a las infecciones, la irritación y otras lesiones.
    • Anti-Irritante – Puede ayudar a reducir muchos tipos de irritación de la piel.
    • Antioxidante – El aloe vera puede proteger tu piel del daño de los radicales libres.
    • Antibacteriano – Puede inhibir el crecimiento de ciertos tipos de bacterias. Incluso se ha demostrado que previene la acumulación de placa cuando se utiliza como enjuague bucal.
    • Antiviral – Se ha demostrado que el aloe tiene propiedades antivirales, por lo que es útil para el herpes labial y el herpes zóster, u otras afecciones cutáneas de origen viral.
    • Antifúngico – También puede ser un buen aliado para combatir el pie de atleta, la tiña y otras infecciones por hongos o levaduras.
    • Hidratante – El gel de aloe puede ayudar a hidratar la piel, pero puede resultar seco para algunas personas porque no tiene un componente graso que ayude a la piel a retener esa humedad. El aceite de aloe, en cambio, contiene grasas que facilitan a la piel retener la hidratación.
    • Cicatrizante – Se ha demostrado que el aloe ayuda a que los cortes y heridas superficiales se curen más rápido.
    • Protección solar – Tanto el aceite de coco como el aloe pueden ayudar a proteger la piel de los dañinos rayos UV. (Cada uno de ellos bloquea alrededor del 20% de los rayos solares. Aunque eso no es mucha protección, sí ayuda).

    Perfil nutricional del aloe vera

    La mayoría de la gente utiliza el aceite de aloe por vía tópica, pero si echas las hojas de aloe orgánicas en un aceite portador apto para alimentos, también lo puedes ingerir. De hecho, me gusta mucho el sabor ligeramente ácido que el aloe le da a su aceite.

Puede ser una gran aporte para las ensaladas, ya que contiene nutrientes beneficiosos; pero ten en cuenta que las antraquinonas presentes en el látex de la planta de aloe (en el líquido amarillo que gotea de las hojas) hacen que tenga un efecto laxante, así que ve con cuidado, y ¡no añadas demasiado!.

  • Aminoácidos – El gel de aloe vera, la parte interior de la hoja, contiene más de 20 aminoácidos.
  • Minerales – El aloe es rico en calcio, hierro, magnesio, sodio, potasio y otros minerales beneficiosos.
  • Vitaminas – El aloe contiene vitamina A, C, E, ácido fólico, vitamina B1, B2 y B6, entre otras. Éstas contribuyen a sus propiedades antioxidantes, y también ayudan al crecimiento y la protección de las células.
  • El ácido salicílico del gel de aloe ayuda a reducir el acné y otras inflamaciones de la piel.
  • Las bradiquininas y las antraquinonas que se encuentran en la planta ayudan a reducir la inflamación.

Cómo NO hacerlo

He visto tutoriales en Internet que recomiendan utilizar hojas de aloe frescas, sin deshidratarlas primero, para la elaboración del aceite. Debido al alto porcentaje de agua presente en el aloe, utilizar las hojas frescas puede hacer que nuestro aceite sea un caldo de cultivo potencial para las bacterias. (El aloe tiene fama de ser muy difícil de conservar).

Otras recetas piden que se mezcle el gel de aloe vera, ya sea gel fresco de la planta o los geles comerciales, con aceite. Esto causa varios problemas. En primer lugar, el gel tiene una base de agua y no podrá mezclarse con el aceite a menos que se añada un emulsionante. Además, una vez que añadimos un componente de agua al aceite, es necesario incorporar un conservante a la mezcla.

Aunque estaba segura de que era una idea horrible, decidí probar a hacer “aceite de aloe” así de todos modos. Como sospechaba, terminé con una “mezcla” desordenada de gel y aceite que no terminaba de unificarse.

Elaboración

La elaboración del aceite de aloe es bastante sencilla.

Primero, prepararemos y secaremos las hojas de aloe, y luego las introduciremos en un aceite portador para que se impregne. El aceite resultante es muy aromático y perfecto para utilizarlo solo o en tus cosméticos caseros.

Preparar el aloe

Para preparar el aloe, lava las hojas y sécalas. A continuación, corta los bordes puntiagudos.

Después corta el centro de las hojas de aloe, separando la parte superior de la inferior. Esto dejará al descubierto el gel del interior. Una vez separadas las hojas, córtalas en trozos más pequeños.

Deshidratación del aloe

Extiende los trozos de hoja de aloe sobre las bandejas del deshidratador y sigue las instrucciones de la máquina para secar los trozos hasta que estén secos y quebradizos. Cuando empiece el proceso, verás que las hojas de sábila están secas al tacto, pero aún tienen cierta flexibilidad. A mi me gusta seguir secándolas un poco más, hasta que su textura se vuelva quebradiza, para asegurarme de que se ha eliminado toda el agua.

Una vez que los trozos estén completamente secos, puedes transferirlos a un tarro de cristal limpio y cubrirlos con aceite de coco (u otro aceite portador). Aunque puedes simplemente dejar que la mezcla se vaya impregnando durante varias semanas o meses, hay algunas cosas que puedes hacer para que el proceso sea más rápido.

 

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Written by Salud al Limite

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