El primero de los errores a evitar es tender la ropa chorreando. Esto suele ocurrir, sobre todo, cuando lavamos a mano y el peso por el exceso de agua hace que la prenda se estire y se deforme. La solución aquí sería exprimirla un poco antes de llevarla al tendedero.

El orden y la colocación importan, aunque lo habitual es colocar la ropa en el tendedero de cualquier manera. No obstante, lo recomendable es girar las costuras y las mangas, y colgarlas desde las puntas de modo que la prenda caiga, para que, posteriormente, el trabajo de planchado sea más sencillo.

En la lavadora, como es lógico, las prendas se mezclan y se rozan unas con otras continuamente. Esto, unido al efecto del detergente y a las aspas del electrodoméstico, hacen que la ropa se arrugue mucho. Por ello, para que luego no cueste tanto acabar con esas arrugas, simplemente sacude y estira la ropa antes de tenderla.

4.

TENDER LA ROPA OSCURA CON LUZ DIRECTA DEL SOL

El tendedero normalmente tiene su sitio determinado en la casa, pero es importante tener en cuenta si el sol da directamente, ya que las prendas oscuras terminarán perdiendo color y luminosidad dando una apariencia de más envejecidas.

5.

PONER LAS PRENDAS MUY PEGADAS

Querer aprovechar el tendedero, como sucede con el lavavajillas, por ejemplo, hasta el último resquicio es también súper normal. Pero es un error. Así, no correrá el aire y sólo se secará una parte de la ropa, produciendo restos de humedad y, consecuentemente, malos olores.

6.

PONER PINZAS EN LOS HOMBROS

Cuando toca tender prendas de vestir como camisas o blusas, hay que evitar usar las pinzas por los hombros. Si lo haces se deformarán y, con el paso del tiempo, lo irás notando cada vez más, hasta que ya no puedas usar más la prenda en cuestión. Para evitarlo, es tan fácil como usar una percha en lugar de las pinzas.