Deportivas, botas, zapatos de tacón o sandalias. El armario de los zapatos siempre supone un reto. ¡Nos encanta todo lo que esconde! Y, aunque hay pares que se enfrentan al trote del día a día, hay otros que solo ven la luz una o dos veces al año, en ocasiones especiales. Si quieres tenerlos a mano, encontrarlos a golpe de vista y tenerlos organizados te damos todas las claves del eficaz método Konmari.

Los zapatos forman parte de la primera categoría a ordenar acorde con el método Konmari, la ropa. También los bolsos y accesorios como cinturones, sombreros o bufandas y guantes. Pero si ya has metido en cintura y ordenado tu armario a lo Marie Kondo –y tienes un número similar de zapatos al de Carrie Bradshaw–, déjalos para un segundo round. Te enfrentarás a ellos con la cabeza despejada y serás más eficaz.

Según Marie Kondo, este paso es uno de los más importantes, ya que nos hace ser conscientes de la cantidad de zapatos que tenemos, pero sobre todo de lo que ocupan. Saca los que tengas en el armario, en el mueble del recibidor o en la balda más alta del armario. También calzado especial –de monte, botas especiales, etc.–. Cuando decimos todo, ¡es todo! Su presencia, extendida por el suelo, seguro que te induce la imperiosa necesidad que de deshacerte de varios de ellos.

Cuando los vayas sacando del armario, colócalos en el suelo por categorías. Los de tacón por un lado, las sandalias por otro, las botas y los botines por otro, y así. De esta manera podrás ver qué zapatos tienes de cada tipo y la selección será más sencilla.

Con todos tus zapatos por el suelo –y por categorías– tendrás una visión total del problema. Empieza seleccionando los zapatos de otra temporada. Es decir, si es verano, empieza por botas, botines y zapatos; mientras que si es invierno, el primer paso serán sandalias, manoletinas, etc. Según Marie Kondo, es más fácil empezar a descartar por lo que no estás usando en el momento.

Si está desgastado, está roto o te hace daño, lo más adecuado es que lo retires de tu colección. Y cuando el problema es que te molesta al utilizarlo y está nuevo, dónalo o regálalo. Ahora, si está roto lo mejor es que lo lleves a un punto limpio o lo deposites en un contenedor de ropa usada. Despídete de ellos y da gracias por el servicio prestado, según las enseñanzas de Marie Kondo.