El vinagre, también conocido como “vid agria” ha sido utilizado por los antiguos babilonios (5000 aC). Hipócrates (el padre de la medicina) ha utilizado el vinagre de sidra de manzana para muchos problemas médicos, como el tratamiento de heridas o como tónico para la tos duradera. Según muchos estudios, se ha demostrado que el vinagre de sidra de manzana es eficaz para mejorar la regulación del azúcar en la sangre y mejorar la pérdida de peso.
El ácido acético diferencia el vinagre ácido de manzana al darle un sabor agrio y amargo y al dejar una sustancia turbia (la madre) en el fondo del vaso. Es la parte fermentadora de la manzana la que es la madre e incluye una gran cantidad de enzimas. El vinagre de sidra de manzana crudo, sin pasteurizar con la madre intacta es el único que debe usar.
Control de azúcar en sangre
Usarlo como aderezo para ensaladas es la forma más común de agregar vinagre de sidra de manzana a las comidas. Si está a punto de usar un alimento que necesita más tiempo para la digestión, como la carne de res o el cerdo, debe beber un vaso pequeño de tónico.
El aumento del nivel de glucosa en sangre después de las comidas también se conoce como glucemia posprandial. Los investigadores han establecido que la combinación de ACV con una comida mejorará la glucosa en sangre. Un estudio publicado en el Diabetes Journal en 2007 analizó los efectos del vinagre sobre la hiperglucemia en los diabéticos tipo 2 por la mañana, que también se conoce como el “fenómeno del amanecer”.
Hubo una disminución de la glucosa en ayunas en un 4-6% cuando las personas consumieron 2 cucharadas de vinagre de sidra de manzana antes de las comidas. Durante un tratamiento médico, algunas personas notaron una reducción de la glucosa en ayunas del 3 al 6%.
Otra investigación ha demostrado que las mujeres que combinaron su comida con ACV, tuvieron una disminución del 55% en la glucosa en sangre.
Beneficios respecto a la pérdida de peso
Las personas que beben vinagre de sidra una o dos veces al día han informado pérdida de peso. El efecto antiglucémico se puede atribuir a la supresión de la síntesis de carbohidratos al rechazar las enzimas. Las enzimas aumentan la concentración sanguínea que controla el apetito o la saciedad.
Gracias a la lipogénesis y síntesis de ácidos grasos se mejoran los niveles de colesterol. El hígado está protegido por el ácido acético que es el más tolerado. La naturaleza sinérgica del flujo sanguíneo reforzado y la actividad de la insulina da como resultado un aumento de energía.
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