El verano ya está aquí y es inevitable que las sandías se conviertan en uno de los productos más consumidos. Lo que seguro que no sabes es que la mayoría de las personas ni siquiera utilizan la mejor parte de la sandía. La mayoría se limita a comerse la parte roja y jugosa tirando las semillas en el proceso, de ahí que se haya muy populares las sandías sin semillas. Pero lo cierto es que estas semillas tienen grandes beneficios para tu salud.
La fibra que se halla en las semillas es útil para la digestión y ayudan a las bacterias saludables de nuestro intestino.
Las semillas también contienen un aminoácido llamado citrulina, un antioxidante muy potente. La citrulina contribuye en la dilatación de los vasos sanguíneos lo que ayuda a tener una mejor circulación de la sangre. Esto es beneficioso para tu corazón y para tu cerebro. También contienen numerosas vitaminas y minerales como magnesio, vitaminas A, B y C, así como hierro.
Con el fin de aprovechar todas las ventajas de esta semillas hoy te enseñamos como debes consumirlas. Una opción fácil es preparar un sabroso té.
Para ello combina 4 cucharaditas de semillas de sandía recién molidas con unos de 2 litros de agua y deja hervir durante 15 minutos. No sólo es tá delicioso sino que es realmente saludable. También puedes tomarlo con hielo.
Alternativamente, también puedes hacer un batido con las semillas. Tan sólo tienes que coger un puñado de semillas y colocarlas sobre una bandeja de horno. Caliéntalas hasta que emitan un olor dulce y estén completamente secas.
A continuación, muele las semillas y mezcla con leche caliente o fría en una proporción de 1:10.
Esto es perfecto si tienes problemas de digestión o de riñones. Dado que las sandías son un gran diurético, esta bebida puede ayudar a tu función renal. Tu cuerpo absorberá lentamente los nutrientes de las semillas, lo que supone una fuente de energía más duradera.